Uruguay cabalga raudo llanuras y mesetas de América del Sur. Brasil lo sigue a galope firme y caballo fresco. Más atrás, meta rebenque, vienen Ecuador, Colombia y, torcido en la montura, Argentina. Son los jinetes de avanzada. Separados, Paraguay y Chile, y al fondo, despegados, Perú, Bolivia y Venezuela. Es la siempre tensa carrera mundialista, que vuelve con sus nacionalismos, euforias, broncas y alegrías.