Los humores que depara la Eliminatoria son variados. Y cambiantes. La euforia y la cólera se pasean de sur a norte. Hoy están felices en Brasil y tristes en Paraguay, preocupados en Argentina y satisfechos en Uruguay, alarmados en Chile, furiosos en Ecuador, inquietos en Colombia, ilusionados en Bolivia, orgullosos en Venezuela, calmados en Perú. Pero esto puede cambiar radicalmente el próximo 3 de octubre cuando se dispute la novena fecha de la carrera hacia Rusia.