Brasil nos dio un baile sonoro en la altura de Quito (0-3) e hizo añicos el argumento de que ahí nuestra Selección es inderrotable. No sé si será hora de revisar ese recurso impuesto como verdad irrefutable por el anterior presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y defendido a capa y espada por el ‘círculo rosa’ del periodismo adicto, que no está en desbandada como creen muchos. Está en plena vigencia. El jueves pasado el mismo ‘analista’ que pidió en una radio que levantemos un monumento al expresidente de la FEF, dijo en la TV que “el partido en el primer tiempo fue muy equilibrado. Ecuador fue ligeramente superior y debió irse en ventaja”. Al final adujo que la Tricolor no había jugado mal y que era necesario pasar la página para pensar en Perú. Franeleo puro que debe tener su costo.