Al entrar al complejo del club Independiente del Valle lo primero que se observa son rostros de ilusión. Son las caras de los pequeños futbolistas del semillero de divisiones inferiores del club que hoy es finalista de la Copa Libertadores de América. Para muchos de ellos su mayor sueño es emular la hazaña lograda por sus representantes en el torneo interclubes sudamericano.