La agencia británica antidopaje envió a un grupo de investigadores a Kenia para que realice pesquisas en torno a las acusaciones de que cuatro atletas británicos estaban usando la prohibida eritropoyetina (EPO) en una famosa región de entrenamiento de gran altura, aseveraciones que podrían incrementar la extensión del problema en la nación del este de África y poner en evidencia a los corredores extranjeros que acuden a doparse a la zona.