El fútbol es inmensamente vertiginoso cuando una nación apuesta a su niñez. En esta dirección amerita aplaudir los delineamientos desde sus formativas y la performance de los islandeses en la Eurocopa, que define mañana a su campeón al medirse Francia con Portugal, en un partido que será electrizante. Islandia escribió su himno de gloria al llegar a octavos de final, aún más al derrotar en esa fase a una de las favoritas como lo es Inglaterra, esa victoria magnetizó, cruzó muros y paredes de celebraciones en su país y asombró al mundo futbolístico.