Falta la final, desde luego, y el cotejo definitorio suele variar calificaciones. Un jugador que marca dos goles, un arquero que tapa tres penales y se convierte en héroe, un volante que venía regular pero cumple una actuación descollante para darle el título a su equipo… O al revés, un destacado en los partidos anteriores que decepciona en el más importante de los 32 juegos que componen esta Copa América. Además, la final determina la última imagen, la de la posteridad. Retrocedamos a la Copa anterior, en Santiago: Alexis Sánchez hizo un torneo discreto, pero ejecutó el último penal frente a Argentina, la picó, burló a Sergio Romero y quedó como una figura central de la conquista chilena.