¿Existe una angustia feliz…? ¿Es posible tal contrasentido…? El psicoanálisis quizá no tenga una respuesta científica y concreta. El fútbol, ese maremágnum de emociones, ese gran revoltijo de sonrisa y llanto, de amargura y dicha, de gritos y silencios, ofrece una respuesta, no académica, por cierto: sí, existe la angustia feliz: ¡son los penales…! El maravilloso, el casi insoportable tormento de la serie de penales nos pone los pelos de punta, pero es una excitación en la que abrigamos la secreta esperanza de un futuro mejor (pasar a la siguiente ronda). Y si tenemos a David Ospina, pues, es un sufrimiento hermoso, que vale la pena sufrir.