Al final terminó siendo casi un entrenamiento con público. Una pena. La Copa venía con una ristra de partidos intensos, peleados, atractivos, sobre todo parejos, que es lo entusiasmante; el fútbol, como todo deporte, cuando no tiene equivalencias desciende hacia el tedio. Argentina, sin mostrar luces cumplió el trámite frente a Bolivia, cerró como líder del Grupo D con un 3-0 burocrático y Messi volvió a tener minutos (45 esta vez) como para ir tomando ritmo de cara a los cuartos de final. La buena noticia para Argentina siempre es que Lionel Messi esté para jugar. Sin él ningún paraíso le es posible.