Gustavo Quinteros y sus futbolistas nos deben una respuesta frontal desde el 24 de marzo anterior, en que nuestra Selección empató (2-2) con Paraguay, en Quito, en un encuentro muy pobre y desde la triste noche en que Colombia, en Barranquilla, el 29 de marzo, nos hizo ver en harapos y nos venció 3-1.