El pánico por el terremoto que azotó la Costa ecuatoriana el pasado sábado no se sintió solo en tierra. El susto llegó a las alturas y una muestra fue lo sucedido con la delegación de Universidad Católica, que a la hora del movimiento telúrico estaba por arribar a Manta, donde debía jugar ayer frente a Delfín por el campeonato.