La noticia me la transmitió mi compadre River: Elmo Cura Suárez volvió a la esquina que habita por más de seis décadas, la de Boyacá y 9 de Octubre, y fue recibido con aplausos por Giorgio Defilippi y su gallada. Una estancia en una clínica lo alejó del bullicio que se arma donde quiera que aparezca. Roberto Gilbert y sus galenos le dedicaron los cuidados que requería. Intentamos visitarlo tres veces y fue inútil porque las reglas de los custodios de la clínica nos lo impidieron.