¡Qué partido! De nuevo, como en Turín, el visitante se adelantó con dos goles, que luego igualó el local. Solo que esta vez con el añadido de una prórroga, en la que los dos equipos se respetaron, desde el agotamiento y el temor a lo irremediable. Lo acabó de resolver Thiago Alcántara, que había entrado poco antes, y marcó el 3-2 moviéndose con calma en una tormenta.