River debió jugar 14 partidos para ganar la Libertadores. Y cobró por ello 5,1 millones de dólares de la Conmebol. Juan Ángel Napout pagó él solo 20 millones de fianza al ser arrestado. Semejante obscenidad explica en gruesa medida por qué el fútbol sudamericano ha declinado tanto frente al europeo hasta convertirse en simple sparring de este. Con cada dirigente denunciado por el FBI pasó igual. Todo el dinero que no fue para el fútbol recaló en bolsillos inescrupulosos.