La preparación del libro biográfico de un personaje ilustre de nuestro deporte me permitió ponerme en contacto, después de muchos años, gracias a Galo Cabrera –un porteño con varias décadas como secretario de la Federación Deportiva del Azuay–, con un gran amigo, dirigente y periodista, Ernesto Cañizares Aguilar –médico guayaquileño “con alma andina”, como dice en uno de sus libros, largamente radicado en Cuenca, la tierra de sus padres–. Vale decir que una gran parte de su vida Cañizares la ha dedicado al deporte como practicante activo, dirigente y prestigioso historiador.