El sistema soviético de preparación deportiva contemplaba tres rubros que debían considerarse como garantía del éxito: el técnico, el táctico y el moral-volitivo. Los entrenadores ponían un enorme énfasis en el último rubro por considerar que un atleta de grandes condiciones, eficientemente preparado técnica y tácticamente, se abocaba al fracaso si no fortalecía, al mismo tiempo, su voluntad de vencer, su confianza en sus facultades para llegar a la meta, su coraje para superar las dificultades que se presentaban en la competencia. Y, además, tomar conciencia de la responsabilidad que asumía cuando vestía una divisa, ya sea la del club, la de su ciudad, de su región o la del país.