El estruendo del resultado en San Mamés (goleada del Athletic de Bilbao sobre el FC Barcelona 4-0) engrandece de golpe la perspectiva de la final de vuelta (hoy), que a priori temíamos que fuera un trámite. Mientras en Bilbao se discute si el título de la Supercopa de España, que ahora se ve a mano, merece o no echar La Gabarra al río Nervión (como celebran los hinchas bilbaínos los campeonatos), en Barcelona se teme que la colección de los seis títulos (lograda ya con Guardiola no hace tanto) se estropee justo en el que se consideraba a priori más factible.