Javier Rodríguez, entrenador de la Tricolor sub-17 que clasificó al Mundial de la categoría, era hasta ayer uno de los protagonistas que no había opinado sobre la polémica por la utilización de seleccionados pasados de edad, la protesta de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), la suspensión de tres de sus dirigidos por adulteración de documentos y la postura de “víctimas” asumida por la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y los clubes donde actuaban varios involucrados.