Dos veces fueron finalistas de la Libertadores equipos mexicanos: Cruz Azul en 2001, cuando estuvo a un pelo de coronarse y finalmente perdió por penales contra Boca después de superarlo ampliamente en el juego (en la propia Bombonera). Y en 2010, ocasión en que Chivas de Guadalajara cayó sin atenuantes ante el Inter de Porto Alegre en ambos partidos. Pero tal vez nunca como ahora, con Tigres, estuvo tan próximo un club azteca de alcanzar la corona que le reportaría una alegría gigantesca al fútbol mexicano, animador desde siempre de cuanto torneo internacional exista. Con algún que otro éxito esporádico, pero animador al fin.