‘Muertos vivos’ y ‘niños con bigotes’ podrían dejarnos fuera de eliminatorias

Da la impresión de que en el planeta Tierra no hay seres más ingenuos e inocentes que los miembros de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) y algunos vivos dirigentes de clubes que han sido pescados con las manos en la masa en muchas oportunidades.Cada vez que se produce un escándalo de suplantación de identidad, o de falsificación de partidas de nacimiento, aparecen los abogados para alegar, muy pintorescamente, que “no sabían nada del asunto” y que son “víctimas” del atraco documental. Que pase una vez, podría aceptarse. Pero es que a raíz de la elección de Luis Chiriboga Acosta la FEF se vio envuelta ya, en 1999, en un caso de suplantación de identidad a través de Moisés Cuero Ortiz, seleccionado sub-17 que tenía 20 años y jugaba con los documentos de su hermano Segundo, de 17. El delantero fue inhabilitado de por vida, pero un recurso ante el Tribunal Constitucional le permitió seguir en actividad.Según una publicación de Diario EL UNIVERSO, del 12 de diciembre de 2010, “archivos periodísticos revelan que en diez años más de 15 deportistas fueron detectados con identidades suplantadas. La mayoría de casos se dio de julio de 1999 al 2001, cuando siete deportistas de una selección sub-17 –cinco de ellos titulares– que había competido en el Sudamericano de Uruguay en enero de 1999 ya eran mayores de edad. Investigaciones de este Diario, que con el tiempo fueron ampliadas por la Ecuafútbol, determinaron que ese había sido un equipo de ‘muertos vivos’ y de ‘niños con bigotes’. Lo criticable, coinciden dirigentes, es que solo se sancionó levemente a los deportistas, pero las autoridades no identificaron responsabilidades penales sobre las denuncias”.Al menos 20 casos de fraude han sido revelados. Algunos muy sonados, como el de Walter Ayoví, hoy capitán de la Tri absoluta, quien en el 2000 jugó en la sub-17 como Walter Corozo cuando tenía 20 años. Alexander Domínguez, arquero de Liga (Q) y la Selección, constaba en el 2008 como nacido en Tachina, Esmeraldas, el 5 de junio de 1987, pero sus papeles habían sido adulterados y pertenecían a una persona fallecida. Quedó la duda de si era colombiano, pero Domínguez se presentó con dos testigos en el Registro Civil de Quito y estos manifestaron que era nacido en Ecuador. Así obtuvo la cédula de ciudadanía ecuatoriana.El incidente más bochornoso fue el de Ángel Cheme, también de Liga (Q), quien en el 2010 usurpó la identidad de Gonzalo Chila, cuatro años menor que él. Los dirigentes universitarios fueron advertidos por el propio Chila, pero no tomaron ninguna acción. Patricio Torres lo reconoció –como consta en nota de este Diario del 8 de diciembre del 2010–, pero ello no impidió que Liga, ante Emelec en la final de ida de esa temporada, alineara a ‘Chila-Cheme’. Emelec impugnó la intervención del futbolista y pidió que se privara de los puntos a los quiteños, según las reglas del torneo, pero la FEF resolvió que no había pasado nada, pese a las connotaciones no solo reglamentarias, sino penales del caso.“Liga debió haber dado lecciones de moral al resto de la dirigencia denunciando el propio hecho y no encubriendo a su jugador”, dijo el presidente eléctrico, Nassib Neme, quien acusó a ese club de “obtener ventajas deportivas haciendo jugar a quienes no tienen nacionalidad ecuatoriana, pero aparecen como tales, y a quienes aparecen con doble identidad. No reciben un escarmiento para bañar de verdad y honestidad a nuestro fútbol”. (EL UNIVERSO, diciembre 10 del 2010).Hoy vuelve a desatarse una epidemia de falsificaciones o suplantaciones. Igual que ayer, desde el inicio de la era Chiriboga, las advertencias llegaron a los sordos oídos de los dirigentes. Los técnicos Octavio Zambrano, entonces en El Nacional, y Humberto Pizarro, de River, declararon públicamente que los ‘juveniles’ de muchos equipos estaban pasados de edad.En defensa de la ‘moral’ de los directivos, la FEF expulsó por seis meses a Zambrano, entrenador de pergaminos labrados en Estados Unidos, Colombia y Europa. ¿Qué cara pondrán ahora si se encuentran de frente con Zambrano? Al menos tres de los integrantes de la sub-17 que ganó el derecho a disputar el Mundial de esa categoría jugaron pasados de edad. Estos tres ‘juveniles’ que representaron a la FEF “no justifican la edad que alegan”, ha dicho el director regional del Registro Civil. Y pueden ser más.La FEF sale a enfrentar por enésima vez el problema negando su responsabilidad. En el folclore usual, su procurador síndico repite que la entidad no tiene culpa alguna y que otra vez ha sido “víctima”. Como diría el Pájaro Febres Cordero: “¡Qué tierno. Si hasta me dan ganas de llorar!”. Uruguay planea reclamar el cupo que le correspondería si Conmebol sanciona a Ecuador dejándolo fuera del Mundial. “No pueden quitarnos un derecho que nos hemos ganado en la cancha”, afirma Saltos Guale. No nos tome el pelo, ilustre jurista. El cupo se obtuvo con trampa y así no se juega.Vamos a recordarle al asesor de la FEF que existe suficiente jurisprudencia no solo para sancionar a Ecuador con la pérdida del boleto, sino hasta ser marginado de jugar la eliminatoria rumbo a Rusia 2018. ¿Recuerdan ustedes el caso de ‘Los cachirules’? En 1988, México clasificó a los Juegos Olímpicos de ese año al ganar las eliminatorias de la Concacaf con jugadores menores de 23 años. Otra selección jugaba la clasificación al Mundial sub-20 de Arabia Saudita. México obtuvo el segundo lugar y el pase al Mundial.Dos periodistas denunciaron en abril de 1988, en el diario deportivo Ovaciones, que habían encontrado discrepancias en las edades de los futbolistas aztecas, resaltando “el peligro de tratar de ganar ventaja sobre los rivales al incluir jugadores mayores a la edad permitida”. La respuesta fue el intento de agresión y amenazas del presidente de la Federación Mexicana a los dos periodistas.Concacaf, que en ese tiempo merecía algún respeto, determinó que cuatro de los jugadores que habían actuado en ambos torneos lo habían hecho dolosamente. La Federación Mexicana se excusó diciendo que “había sido engañada”, pero nadie les creyó. México no pudo ir a los JJ. OO. de Seúl ni al Mundial sub-20 de Arabia Saudita. Y más, fue impedido de jugar la eliminatoria Mundial Italia 1990. Entre 1988 y 1990, la Federación de México fue puesta al margen de la FIFA, que ratificó el fallo de la Concacaf.No sería extraño que por los ‘muertos vivos’ y los ‘niños con bigotes’ nos pongan fuera de circulación por la frecuencia con que aparecen estos casos y la ninguna sanción a los culpables. (O) Ecuafútbol enfrenta el problema negando su responsabilidad. En el folclore usual, su síndico repite que la entidad es “víctima”. No nos tome el pelo, ilustre jurista.

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