Aunque la adulteración de edades e identidades de futbolistas no ocurre por primera vez durante la actual administración de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) –el caso de los ‘muertos vivientes’ sucedió con la Tri sub-17 en 1999 y el de ‘Chila-Cheme’ en el 2010–, el organismo se siente “víctima” de esos hechos que, tras las revelaciones que el martes pasado hizo el Registro Civil, tienen repercusión en el extranjero.