El boxeo profesional se murió en Guayaquil hace ya muchos años. La ciudad donde nació esta actividad, a fines de la década de los veinte con la llegada del argentino Lisandro Salcedo, carece de programaciones boxísticas. Los impuestos, las trabas puestas por las autoridades deportivas y las rencillas acabaron con un espectáculo que a través de los años llenó los teatros primero y los coliseos después.