“Perdona el Madrid, machaca el Barsa”, encabezó con acierto y poder de síntesis Marca.com. Debajo, a modo de remate, otro titular: “El clásico lo decidió Suárez”. Lo grueso está dicho ahí. Estaba para dar el golpe y recuperar el liderato el cuadro blanco, con juego y personalidad; una por centímetros, otra por Claudio Bravo, le faltó el gol del desnivel (vaya detalle) que hasta el minuto 55 merecía incuestionablemente. Ahí devino el baldazo helado de Suárez, que aprovechó un envío largo de Dani Alves y facturó. Gol de crack, de goleador, de oportunista. Su primera vez ante el Madrid siginificó esta victoria con olor a Liga. Ese martillazo que fue su 2 a 1 aplacó definitivamente al Madrid e hizo crecer al Barcelona, que al final, de contra pudo aumentar a tres, a cuatro.