Hojeando viejos libros de fútbol encontramos una foto preciosa, con el sabor nostálgico y delicioso del blanco y negro. Es del 21 de junio de 1959: siete jugadores del Santos y Botafogo posan sonrientes en el césped del Riazor, antes de disputar la final del célebre trofeo Teresa Herrera, en La Coruña, que ganaría el Santos al imponerse 4-1. Aparecen Garrincha, Nilton Santos, Zagallo y Didí, de Botafogo, Zito, Pelé y Pepe, del Santos. ¡Siete campeones del mundo...! ¡Toneladas de fútbol...! Los siete se habían consagrado mundialmente el año anterior en Suecia. Y por ahí andaba correteando Coutinho, que marcó un gol ese día. Una constelación de astros en apenas dos equipos.