Fueron 90 minutos en los que el sufrimiento y la alegría se mezclaron. El juez Carlos Vera sentenciaba el final del duelo en el que Barcelona ganó 0-1 a la Universidad Católica, en el estadio Atahualpa, y los hinchas canarios explotaron de euforia.
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Fueron 90 minutos en los que el sufrimiento y la alegría se mezclaron.
Fueron 90 minutos en los que el sufrimiento y la alegría se mezclaron. El juez Carlos Vera sentenciaba el final del duelo en el que Barcelona ganó 0-1 a la Universidad Católica, en el estadio Atahualpa, y los hinchas canarios explotaron de euforia.
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