Ya se fueron tres campeones del mundo. A Italia lo despachó Uruguay. Era un duelo de catenaccios. El europeo frente al sudamericano. Ganó el de acá porque en el análisis del uno por uno tiene ventaja individual. Mejores laterales (Cáceres, y los dos Pereira superan en calidad a De Sciglio y Darmian), y adelante Suárez y Cavani duplican el poder de fuego de Balotelli e Immobile (¿cómo llega a una selección de estas un atacante tan limitado…?). Se intuía que era un partido de un gol… o ninguno. Fue de uno: un hombrazo de Godín que se le metió a Buffon y partido liquidado. Porque esta Italia no está para dar vuelta ni una media; no tiene con qué. Y menos estando con diez hombres. Italia se escandaliza por la roja a Marchisio, pero fue un acierto del juez mexicano Marco Rodríguez. El volante de Juventus metió un planchazo claro a Arévalo Ríos y se fue bien expulsado. En Italia tal vez no se sancione, acá sí.