¿Es un pájaro...?, ¿es un avión...? ¡No, es Messi...! El avión de Argentina, con los motores en llamas, se estrellaba irremediablemente contra el suelo, pero apareció, una vez más, el superhéroe, atajó el aparato y lo depositó con suavidad en tierra firme. No todos salieron ilesos; el técnico Sabella quedó chamuscado, el libreto del equipo se incendió, varios jugadores presentan quemaduras.