El segundo Mundial de la historia se jugó el Italia, en 1934. Los anfitriones llegaron a la final y se enfrentaron a Checoslovaquia. Bajo la mirada de 'Il Duce' los italianos tuvieron que remotar un gol en contra para acabar ganado en la prórroga. Al final los italianos se coronaron campeones del mundo con un marcador de 2-1.