Enner Valencia, el ídolo local, volvió y hubo fiesta. Hombres, mujeres y niños, al ritmo de bombos, cununos, maracas, fueron recibidos en Ricaurte, que ayer estaba adornada con cientos de globos de colores. Caminaron 9 kilómetros hasta la entrada de la parroquia de casi 1.000 habitantes, ubicada en medio de la selva, en el cantón San Lorenzo (norte de Esmeraldas), para acompañar al goleador de México hasta su domicilio. “Fue muy bonito, me siento muy emocionado. Hace siete años que salí de mi pueblo y lo extraño mucho, dijo Enner antes de conversar con Diario EL UNIVERSO.