La selección española accedió a la final de la Copa Confederaciones, que se jugará mañana en el Maracaná ante Brasil, tras superar su juego de más sufrimiento en el torneo, con una Italia a la que eliminó en los penales gracias a claves como la actuación de Iker Casillas, el acierto de Vicente del Bosque en los cambios, el factor suerte o la ambición por el éxito.