De la amargura por asumir la posibilidad de retirarse, a la ansiedad actual por volver a estar bajo lo tres palos. Entre esos dos estados de ánimo han transcurrido dos años de inactividad para Javier Klimowicz, quien por una rebelde lesión dejó la titularidad del arco de Emelec para entrar y salir del quirófano y luego sobreponerse a la impaciencia ante largas horas de rehabilitación física.