Un ambiente tenso se vivió ayer en el complejo Ney Mancheno, sitio de entrenamiento del Deportivo Quito. La razón: el presidente chulla, Iván Vasco, llegó a ese lugar para dialogar con el plantel de jugadores y el cuerpo técnico, liderado por Rubén Darío Insúa, y tratar de encontrar acuerdos para el pago de los sueldos atrasados.