El jueves 18 de octubre apareció por nuestras páginas un acuerdo funerario a la memoria de José María Jiménez Díaz-Granados, uno de los más grandes futbolistas de la historia ecuatoriana, de cuyo juego fui testigo privilegiado viéndolo en el antiguo estadio Guayaquil, de las calles Los Ríos, Cuenca, Tungurahua y Capitán Nájera, para luego lucir su clase en los inicios del estadio George Capwell que se inauguró en 1945.