Pocos hacen de la política un elemento de ayuda para la sociedad, y en su lugar se ha transformado, para algunos, en una corona del egocentrismo con discursos de ataques o de burlas. Simplemente denota en quienes la proclaman, un problema grave de desmedido poder, que de no ser controlado se volverá en bombas de tiempo.
Cambian las reglas constantemente, imponen el totalitarismo consiguiendo hacer daño a naciones. Un ejemplo cercano de elecciones presidenciales recientes, es Venezuela, país dividido.
Vimos una participación alta de sufragio, pero con reglas impuestas como “reformas” que no permiten la verificación o proclamación a boca de urna, de los resultados de un proceso electoral; atentando contra el derecho de equidad y oportunidad.
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Sin embargo, el contendor opositor Henrique Capriles mostró ser un líder ante esto y mantuvo su palabra de aceptar los resultados, extendiendo su compromiso puesto en la esperanza no solo de quienes votaron sino de la América Latina que está a la expectativa, de que haya un cambio.
Los verdaderos líderes siempre invitan a la participación, al diálogo, a sumar, a unir, y no a dividir.
El martes pasado en Guayaquil conmemoramos la gesta del 9 de Octubre de 1820; observé el monumento a los próceres en el parque Centenario, recorrí el parque y vi una leyenda que dice: “Guayaquileño, recuerda que el 24 de Julio de 1944, juraste por la memoria de Bolívar El Libertador, hacer de tu ciudad el baluarte de la libertad en el Ecuador, y no consentir jamás que se establezca en tu patria una tiranía, despotismo o gobierno alguno que atente contra los principios de la democracia”.
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Hago un llamado a cada rincón de nuestra gran patria, a no perder la esperanza de días mejores, por la democracia, la libertad, los derechos; a mantener la unidad y estar atentos a todo mensaje de tiranía, imposición o sectarismo, porque lo que queremos es un Ecuador de progreso y de unión, en libertad.
Enrique Muthre Paredes,
Milagro, Guayas