Casi dos meses después de iniciada la cosecha y a cerca de dos semanas de que el presidente Rafael Correa criticara a las industrias compradoras de maíz, el viacrucis de los agricultores por vender su producto sigue inalterable y hasta se agudiza en estos últimos días. En bodegas estatales y privadas hay filas de decenas de camiones esperando a que se reciba la cosecha. En algunos casos llevan hasta cuatro días en la cola.