Manuel Toro
QUININDÉ, ESMERALDAS.- El aspecto lúgubre del cementerio municipal de Quinindé, en Esmeraldas, cambió radicalmente el pasado sábado. Las tumbas lucían adornadas con globos y serpentinas. Una gigantografía con la silueta de una jovencita vestida de rojo cambió radicalmente el panorama y llamó la atención de docenas de personas que se detenían para observar este inusual acontecimiento.