Fue el Clásico 195 de los campeonatos nacionales en que amarillos y azules se enfrentaron una vez más. Fue un empate lo que sube a 78 los duelos igualados y deja a Barcelona con 59 triunfos y Emelec 58, faltando aún tres encuentros más en este año: en del Capwell que se jugará en la segunda ronda de la primera etapa y los dos más de ida y vuelta la segunda fase.

Los 195 clásicos los he visto todos menos este último del miércoles 18 pasado, ya que por asuntos particulares tuve que asistir a un compromiso cultural y alcancé a ver a duras penas los últimos 25 minutos del encuentro por televisión.

Debo estar de acuerdo con las informaciones periodísticas que en el primer tiempo estuvo ligeramente mejor el Bombillo que los toreros, y en el segundo tiempo los amarillos estuvieron más acertados. Vi por repetición el penalti que le cobraron a Emelec y fue justamente sancionado, pero también vi la mano de Frickson Erazo que cometió ante Énner Valencia con toda intención y que también merecía ser sancionada. Pero así es el fútbol y a veces “te toca a ti y otras a mí”.

Publicidad

La primera impresión que resalta es el juego de Barcelona, que rindió mucho mejor que cuando perdió contra los suplentes chullas por 3-0 en Quito, donde se vio a un equipo sin alma, sin espíritu, sin creatividad y con poco juego. Ello hizo pensar que era una reacción por la salida violenta de Luis Zubeldía y se lo tomó en algunos casos como resentimiento contra la dirigencia.

Pero a pocas horas del Clásico y por toda la prensa se difundió la foto del extécnico torero siendo presentado por el Racing de Avellaneda, tirando por la borda su imagen de presunto agredido y convirtiendo esa actitud en una especie de farsa, dando a entender que cuando se disgustó por una actitud banal y sin importancia ya tenía el acuerdo con los dirigentes del club argentino. Es decir, prefirió irse al sur en lugar de quedarse en el Barcelona, al que decía que tanto lo amaba.

El asunto volvió a poner a los jugadores en el sitio adecuado donde fue engañada mucha gente, y por último el equipo se recuperó, aunque no es al cien por ciento el mismo rendimiento futbolístico que había conseguido hasta cuando se enfrentó a la Liga quiteña.

Publicidad

Pero aun con estos antecedentes no asistió el caudal de gente al estadio como normalmente lo hacen cuando se juega el máximo Clásico del Ecuador y uno de los más parejos del mundo.

Terminemos aquí el análisis y especulemos lo que podría suceder mañana cuando se enfrente Barcelona con el Deportivo Quito aquí en Guayaquil. Allí la realidad del equipo amarillo deberá mostrarse en su máximo fervor, ya que tiene que desquitarse con los chullas de la derrota de hace pocos días en la capital, ante un rival que acaba de clasificar a la segunda etapa de la Copa Libertadores y en el que Matías Alustiza metió cuatro goles en una noche para el recuerdo a los nacionalistas de las Chivas de Guadalajara.

Publicidad

El público debe asistir a este juego porque esperará un desquite que le permitiría subir a Barcelona y llegar a 20 puntos, y así apuntaría a los primeros lugares, según sean los resultados de los otros partidos.

Emelec, equipo que jugó después de haber realizado una hazaña deportiva en Asunción para seguir a la segunda fase de la Libertadores, acusó un cierto cansancio en el Clásico, a la opinión de los comentaristas. No es para menos...

Emelec, un talante de buen equipo, deberá jugar contra El Nacional, que por ahora es noveno con un partido pendiente y que vino de perder ante el D. Cuenca siendo local, lo que provocó la renuncia de Mario Saralegui y la llegada de Sixto Vizuete, el equipo de sus amores.

El técnico nacionalista tomará en cuenta contra quién juega, pero se me ocurre pensar que los eléctricos deberán jugar en Quito con alternos y evitar el desgaste de los titulares.

Publicidad

Como sea, el domingo según la tabla de posiciones, el Independiente José Terán podrá seguir liderando junto con Liga de Quito, y por ahí Emelec puede andarse metiendo.

De todas maneras tengamos paciencia y después del domingo sigamos con nuestro campeonato nacional.