AP-EFE
MIAMI, EE.UU..- El grito de play ball en las Grandes Ligas se dio el miércoles pasado en un escenario flamante: el Marlins Park, el nuevo estadio de los Marlins de Miami, que también estrenaron mánager en la figura del venezolano Ozzie Guillén.

Toda la ceremonia de apertura de la temporada 2012 y del flamante estadio con techo retractable, construido en el área de la Pequeña Habana, con un costo de $ 500 millones y capacidad para 37.000 espectadores, fue una fiesta, menos el resultado del partido. Kyle Lohse y los Cardenales de San Luis, campeones de la Serie Mundial, silenciaron al público.

Lohse no permitió un hit hasta la séptima entrada y lanzó hasta la octava y los Cardenales vencieron 4-1 a Miami para amargar el estreno de su nueva casa. La escultura animada de los Marlins, para festejar los jonrones, no tuvo oportunidad para moverse. El primer embasado de Miami fue en la cuarta entrada, y cuando anotaron en la octava, perdían 4-0.

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Visitantes agresivos
Los Cardenales salieron agresivos al marcar dos carreras en el mismo primer inning por sencillos del boricua Carlos Beltrán, Lance Berkman y David Fresse, el Jugador Más Valioso de la última Serie Mundial.

Luego, los visitantes agregaron otra en el segundo por boleto a David Delcalso y sencillos del dominicano Rafael Furcal y el segundo de Beltrán.

El derecho Lohse se agenció el triunfo con una soberbia actuación de siete entradas y un tercio de entradas, en las que permitió solamente dos hits, una carrera y tres ponches.

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Elogio a Lohse
"¿Dónde está (Chris) Carpenter? (lanzador de Cardenales, una de las figuras en la coronación en el 2011)", preguntó entre risas el mánager Ozzie Guillén. "Lohse lanzó un partido tremendo. Mantuvo desequilibrados a nuestros bateadores", agregó el piloto llanero.

En el duelo no se lanzó la primera bola; el encargado de dicho honor era el mito del boxeo estadounidense Muhammad Ali, quien fue trasladado en un carro de golf y solo tocó la pelota con sus temblorosas manos (tiene Parkinson).