El miércoles pasado, Deportivo Quito fue empatado (a 1) en el último minuto por las Chivas de Guadalajara. Una lástima, porque el reducto de los muchachos de la Plaza del Teatro estuvo muy bien resguardado, la victoria estuvo virtualmente asegurada, pero falló Marcelo Elizaga y los charros de Jalisco se la encontraron. El conjunto tapatío es menos equipo que los chullas. Ya lo verán cuando jueguen en la capital; es decir, las posibilidades del Quito de pasar a la siguiente etapa están intactas.

Por esas mismas páginas aparece una foto de Diego Maradona que “...advierte a Al Wasi con irse del club árabe, si los dueños no fichan a los jugadores que él necesita”. ¡Habrase visto! digo yo. ¿Qué se creen los millonarios dirigentes árabes que son incapaces de hacer lo que el predestinado de los dioses dice que necesita? Y claro, el semi Dios del barrio de La Paternal siempre tiene la razón. Él es un sinónimo divino que puede hacer y decir lo que le da su regalada gana.

Nuestro país, en materia futbolística, copia especialmente lo que hacen los futbolistas del Río de la Plata, produjo por arte de birlibirloque una especie de un Armando criollo. Allí aparece Jaime Iván Kaviedes. Pero digamos algo serio. Ambos son amados por el pueblo, ambos representan una especie de meta a ser conquistada; es decir, algunos quieren ser como ellos, decir lo que dicen ellos. En definitiva, reclamar lo que sea y como sea con tal de tener presencia y hacerse presentes de vez en cuando.

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Esos dos personajes aparecen en los medios cada cierto tiempo diciendo o haciendo algo para llamar la atención. Porque, ¿cómo se justifica que un DT le imponga la adquisición de refuerzos a los dirigentes de un club, amenazándolos con irse si no lo hacen? ¿Cómo se justifica que el otro exastro, el nuestro, no asista a un entrenamiento cuando se ha estipulado que no podía ausentarse y amenaza que reclamará y que dizque ha hablado con otro club, el Manta. ¿Por qué? ¿Cuál es el sentido de todo esto?

En el mundillo del fútbol y entre los aficionados esas actitudes son vistas como formas de evadir un mínimo de responsabilidad: ¿Es la responsabilidad una virtud de Maradona y Kaviedes, que fueron grandes jugadores, guardando la distancia? ¿Siguen viviendo del fruto de su pasado o no quieren dejar ese pasado? ¿Y el presente? ¿Cómo es este presente? Maradona es entrenador sin haber seguido un curso, pero como es un ídolo, nadie le dice nada; Kaviedes es muy inteligente cuando juega y cuando habla, pero no lo es tanto cuando en sus acciones no muestra coherencia con lo que dice. Ambos casos son una lástima.

Aprovecho el espacio que queda para decir que Barcelona jugó muy bien ante Deportivo Cuenca. Destacaron Damián Díaz, por su juego; y Narciso Mina, con sus dos goles. Y decir que le ganó a un Cuenca que no está pintado en la pared.

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Emelec jugó muy bien en Riobamba, pero puede ser una visión falsa: el rival no es buen equipo y fue su primer partido. Ante Olimpia por la Libertadores, los azules confirmaron su excelencia a pesar de la lluvia, la cancha que se dañaba y el buen equipo paraguayo.

Sorprendió gratamente el rol de Enner Valencia como mediocampista ante los paraguayos y se despejaron las dudas del argentino Luciano Figueroa, un supuesto lesionado que no podría haber jugado en una cancha como aquella.

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