El mejor futbolista del mundo es tema obligado en toda conversación que se trate del deporte más popular del mundo.

Un amigo que sabe bastante del tema, y que también jugó fútbol desde su puesto de arquero, me decía que el vértigo del diminuto argentino con la bola pegada a sus pies sin perder velocidad y equilibrio, le otorgaba al astro un poder especial de dominio territorial en su propio entorno.

Me comentaba el hecho que por su poca estatura le permite a Messi un extraordinario equilibrio, ya que su centro de gravedad está más cerca de la tierra y ello lo estabiliza. Cierto. Apoyé el criterio y por eso el Barcelona desechó a sus centrodelanteros altos como Eto’o, Henry y Abrahimovic y recurrió a Villa, Pedro, Fábregas y ahora al chileno Sánchez.

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Suena lógico y naturalmente existen las excepciones, pero eso es lo que se observa en los hombres de Pepe Guardiola. Ya sabemos, el Barça acaba de eliminar al Real Madrid de la Copa del Rey el miércoles pasado, y por primera vez vimos a sus jugadores irse contra sus propias convicciones y literalmente pedir tiempo porque los madridistas fueron ligeramente mejores y les pudieron haber ganado –lo merecían–.

No vamos a comentar el partido en sí. Millones lo vieron por la TV y las conclusiones son sencillas: jugó mejor el Real, a Sergio Ramos le anularon un gol legítimo Pepe fue menos grosero que en la semana anterior en Madrid, (donde se graduó de matón); esta vez solo metió un pescozón a Busquets; lindo el pase del alemán Ozil a Cristiano Ronaldo para el primer gol; Benzema también metió un hermoso gol.

Previamente el Barça se adelantó con tanto de Pedro tras brillante pase de Messi y luego definió Dani Alves con un remate espectacular que Iker Casillas pese a su estirada nada pudo hacer. Finalmente, aun con el empate (2-2), el Real Madrid fue eliminado.

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Pero regresamos para hablar de Messi. Sin lugar a dudas es el mejor jugador del mundo en el mejor equipo del mundo actual. En el primer juego contra los merengues fue desequilibrante e hizo un pase espectacular a Abidal para el segundo y definitivo gol catalán para ganar el juego 2-1.

Eso no fue suficiente; al siguiente domingo le metió tres goles al Mallorca por la liga española, con pinceladas de altísima calidad. Sin duda estamos viviendo la etapa del mejor futbolista del planeta y caemos en el terreno de los muchos que dicen que es el mejor de la historia y aquí vamos a plantear una disgregación y a exponer un criterio. Una vez más.

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Se viene diciendo y polemizando que Pelé es el mejor futbolista de la historia, otros piensan que fue Maradona; otros, Di Stéfano; otros, Messi; otros... Como el que más, soy respetuoso de todos los criterios pero no estoy de acuerdo con que se diga “el mejor de la historia”.

¿Cuáles son los parámetros de medición? ¿El número de goles?, ¿si son hechos con los pies, del pecho, la cabeza o la espalda? ¿Es el modo de llevar la pelota? ¿Es la cantidad de pases que reciben o de jugadas que hacen? Ya ven, no es fácil, pero además, algo fundamental: el ritmo del juego, la velocidad y resistencia.

Esto que voy a mencionar lo pueden confirmar los preparadores físicos y los técnicos, amén del jugador. ¿Son los mismos parámetros de los años cincuenta, sesenta, setenta, ochenta del siglo pasado entre sí y los tiempos actuales? ¡No! Entonces, ¿cómo se los compara? Son los mejores del mundo en su tiempo, pero no los mejores de todos los tiempos. Punto. Ese es mi criterio.

Lo mismo planteo para los equipos de fútbol y eso ya lo escribí en diciembre del 2010 y mayo del 2011, respecto al Barcelona español. Es el mejor equipo del mundo actual, sin discusiones, pero no es el mejor de la historia del fútbol, por las mismas razones que menciono para calificar al mejor jugador.

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También debo recordar algo. En mayo del 2011 hice comparaciones del Barça actual y dije que si venía a Sudamérica empataba más que ganaba a los equipos del Brasil, Uruguay y Argentina. Me equivoqué, viene y les gana a todos. En diciembre le metió 4-0 al Santos campeón de la Libertadores y Neymar ni la vio.

Otro caso: el título de esta columna. ¿Han visto con ojos de curiosidad el indorfútbol callejero? ¿No les parece una maravilla el dominio de esa pelota chica, en cancha chica y reducidos espacios cuyos jugadores hacen dominio maravilloso del balón? Eso sí, tengan cuidado porque a veces arrestan al público y jugadores, como alguna vez me sucedió a mí.