Por Jorge Barraza (jbarraza@uolsinectis.com.ar)
.- "Lionel Messi va a ganar cinco, seis, siete Balones de Oro, será el que más Balones de Oro gane en la historia", aseguró Johan Cruyff en una entrevista concedida al diario Olé. Leo empieza a darle la razón: triple coronado. Y consecutivo, como los tres de Michel Platini. Y el más joven de la historia en ganarlo tres veces.

Si no se cansa, si no se lesiona, si no pierde la ambición, puede ganar algunos más. Siempre que no dependa de la selección argentina. Allí, al menos por el momento, el entorno no tiene la calidad mínima de acompañamiento que requiere un astro para alcanzar la cima en un Mundial. Nadie gana solo. Menos ahora. En 1986, Argentina tampoco era una máquina de hacer fútbol, pero Bilardo supo armar en derredor de Maradona un conjunto rendidor, granítico de mente, compenetrado en el objetivo y muy sólido defensivamente: era difícil entrarle. Si Argentina pudiera proporcionarle a Messi esos elementos, básicos para constituir un equipo de alta competencia, él podría llevarlo a la gloria.

A Messi el fútbol le ha dado una de cal y una de arena: ha tenido la suerte de caer en el equipo de los sueños a nivel de club; y le ha tocado una de las peores selecciones argentinas de todos los tiempos. Pero, atención: estamos frente a un sujeto de carácter, que se pone objetivos y los logra.

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Cuando la expectativa es tan baja, la elección pierde encanto. Messi era demasiado favorito. Su temporada fue de cine: 59 goles (4 con la Selección), 28 asistencias y 5 títulos ganados, Liga Española, Copa de Europa, Mundial de Clubes y las Supercopas de España y de Europa. Todo en el 2011.

Algunas decenas de millones en todo el mundo cinchábamos también por Xavi. Todos dicen que lo merece, que patatín y patatán, pero la realidad es que lo votaron muy poco, tanto los entrenadores y capitanes de las selecciones nacionales como los periodistas. El fenomenal armador catalán recibió apenas 23 primeros puestos entre los 465 votantes. Una miseria. Y uno de esos votos fue de su querido amigo Messi, que como capitán argentino tuvo que elegir también (puso segundo a Iniesta y tercero al Kun Agüero).

Los votos valen 5 puntos al primer puesto, 3 al segundo y 1 al tercero. Messi sacó 364 votos al primero, una cifra impresionante que resume el pensar general: es el uno indiscutido. Donde no agrada Messi es en Venezuela. Tanto el capitán Juan Arango como el técnico César Farías no lo incluyeron en ninguno de los tres puestos. ¿Ni tercero...? Nada.

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Reinaldo Rueda votó Messi-Xavi-Forlán y Walter Ayoví prefirió a Messi-Cristiano y Xavi. Coincidieron en dos de tres. Quien recibió un caudal de votos importante fue Luis Suárez. Terminó sexto en la general detrás de Messi, Cristiano, Xavi, Iniesta y Rooney.

Lo ininteligible fue que Cristiano Ronaldo se quedara con la Plata y Xavi recibiera apenas el Bronce. Cristiano es un crack y siempre lo defenderemos, aunque sus muchos goles sirvieron de poco. Aquí lo que se premia es el rendimiento del año, el juego, las conquistas. Y en tal sentido, Xavi ganó cinco títulos, como Messi. Merecía más.

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Desde este año se puede votar a jugadores del mismo país, por eso resultó curioso que Vicente Del Bosque no eligiera a Xavi o Iniesta o Casillas. Prefirió a Messi. ¿Diplomacia...? Y en tren de españoles, vale la apostilla: Iker Casillas fue el único arquero de los 23 futbolistas finalistas para el premio.

Todos decimos, habitualmente, que los goleadores o creadores son siempre los favoritos al Balón de Oro. "Los goles deciden", es la frase más usual. En buena medida es cierto, pero debe considerarse la escasez de estrellas en defensa. En ninguna parte del mundo hay un Elías Figueroa, un Baresi. Por algo fueron nominados apenas tres hombres de retaguardia: Piqué, Abidal y Dani Alves.

Lo emotivo fue la dedicatoria de Lionel a Xavi, su camarada entrañable, su hermano mayor en el plantel del Barça: "Quiero compartir este premio con mi amigo Xavi. Es la cuarta vez que estamos juntos acá. Vos te lo merecés y para mí es un halago compartir la cancha y estas galas con vos", le dijo el rosarino desde el atril, con el premio en la mano. El catalán devolvió la pared: "Me emocionó, las palabras de Leo son mejor que llevarse el premio. No lo esperaba, sinceramente y se lo agradezco muchísimo. Es una satisfacción tremenda, me siento el más feliz del mundo". Palabras de Alfredo Di Stéfano: "Ser amigos dentro y fuera de la cancha es la clave de un gran equipo. Cuando un grupo lo logra, sale campeón de todo". Messi siente una admiración reverencial por Xavi, se advierte en el campo y también lo comentó su padre, Jorge. No puede haber mejor espejo que Xavi.