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BARCELONA, España.- No hay margen para el error en una nueva edición del clásico entre Barcelona y Real Madrid, esta vez por los cuartos de final de la Copa del Rey. La victoria del Barça 1-2 en el choque de ida la semana pasada no deja otra alternativa al Madrid para el partido de vuelta, hoy en el estadio Camp Nou: el equipo merengue está obligado a ganar si no quiere ceder prematuramente su corona.

Los madridistas, que se impusieron en la anterior final 1-0 a los azulgranas, son punteros en la liga con cinco unidades de ventaja sobre el Barcelona, pero siguen sin poder descifrar al equipo de Pep Guardiola en las últimas temporadas.

El técnico José Mourinho llegó a principios de la pasada campaña con la misión de finiquitar la hegemonía azulgrana, pero el portugués no ha podido: solo ha ganado uno de sus nueve clásicos -la final de Copa- y perdido cinco.

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Pese a la necesidad del Madrid, Mourinho tampoco ha ganado nunca en el escenario barcelonista. Ni con su actual equipo, ni en previas visitas con el Inter de Milán o Chelsea.

Su balance en el Camp Nou es de ocho partidos jugados, tres empates y cinco derrotas, la última 3-2 en agosto, en la vuelta de la Supercopa de España.

Pero en Barcelona prefieren no especular con el resultado y buscarán asestar un doble golpe con otro triunfo convincente sobre los blancos, que garantice el pase a semifinales y provoque un cisma en el odiado rival. "Hay que salir a ganar", declaró el volante Andrés Iniesta.