El pasado 19 de noviembre, el arzobispo de Guayaquil, monseñor Antonio Arregui Yarza, iba a oficiar el acto de ordenamiento de nueve sacerdotes en la Catedral. No pudo. Dos días antes sufrió un quebranto de salud que lo obligó a ir al quirófano para ser sometido a una cirugía de corazón abierto.