La ley islámica impone a las mujeres iraníes fuertes restricciones en cuestiones de vestuario: deben tener su cabello y cuello cubiertos y usar abrigos anchos y largos más abajo de las caderas. Si no lo hacen corren el riesgo de ser detenidas por la “policía de la moda”: oficiales que les llaman la atención por su vestimenta inapropiada.