El argentino Ariel Alberto Giaccone, quien jugó en el club ecuatoriano Delfín en 2001, no podrá volver a ser futbolista, porque puso su amor de padre por encima de su carrera profesional.

Giaccone, de 36 años, donó en diciembre pasado su riñón para que su hija Gabriela, de 19, salvara su vida. Ella sufría de insuficiencia renal.

En una reportaje que publicó este viernes diario El Clarín, el exjugador contó que en abril pasado le diagnosticaron la enfermedad a la primera de sus cuatro hijos (los otros tres son de su segundo matrimonio) y que luego de acompañarla en varias sesiones de diálisis, tomó la decisión.

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"Salí muy dolorido y le pedí a mi mujer que le mandara un mensajito de texto a Gabi o al médico que estaba con ella, aislada y en otra habitación. Cuando me dijo que todo había salido bien no podía para de llorar de la emoción", contó el exvolante, tras la operación del pasado martes 6.

Giaccone, en relación a su retiro, afirmó que "la pelota pasa a ser algo ínfimo al lado de esto que me tocó vivir". Hasta los primeros días de este mes jugó en Asociación Porteña, como parte de la Liga Regional de San Francisco de Córdoba.

"Jugar en el equipo que estoy ahora, no se compara con nada en el mundo. Ni siquiera con el Barcelona de Messi...", sentenció Giaccone.