“Hoy aquí aprendimos a jugar al fútbol”. La frase, humilde, acertada, pertenece a Neymar. La pronunció apenas concluido el concierto que el Fútbol Club Barcelona había brindado al mundo en Yokohama, para deleite de todos los que amamos este juego. Enaltece a Neymar su modestia. Y el haberla dicho empapado aún por la congoja de la cruenta derrota 4 a 0. (¡Menos mal que fueron cuatro nada más...!). Nunca un equipo sudamericano había perdido por tan abultado marcador en una final del mundo. Jamás había sido superado de esta forma.