AGENCIAS
SAN FRANCISCO, EE.UU..- El rey de los jonrones en las Grandes Ligas, Barry Bonds, fue sentenciado el viernes pasado, a 30 días de arresto domiciliario y dos años de libertad condicional por obstrucción a la justicia en una investigación federal por consumo de esteroides. El extoletero de los Gigantes también deberá cumplir 250 horas de servicio comunitario, según decidió un juez en San Francisco.

La jueza Susan Illston también le impuso a Bonds una multa de $ 4.000 tras ser hallado culpable. Sin embargo, la sentencia no entrará en vigor mientras se realice el proceso de apelación que ya inició la defensa y que podría durar más de un año.

De esta manera Bonds, que como profesional consiguió 762 jonrones para batir la marca de todos los tiempos, pero que también se convirtió en uno de los beisbolistas que más interrogantes generaron sobre el dopaje en la llamada "era dorada de los esteroides" en el deporte pasatiempo nacional, evita ir a la cárcel.

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El asistente al fiscal federal, Mattew Parrella, argumentó que los 30 días de arresto domiciliario no era castigo suficiente. "Para una persona (Bonds) que tiene una mansión con todas las ventajas, no creo que este sea un tipo de castigo ejemplar y válido", declaró.

El jonronero es uno de los grandes nombres que se vieron involucrados en un escándalo por distribución de esteroides por los laboratorios Balco. El nombre de Bonds (quien no juega desde el 2007 y no oficializó su retiro de los diamantes) con los de Roger Clemens y Mark McGwire son sinónimos de la famosa "era de los esteroides". En ese periodo, mediados de los noventa a principios del 2000, vio romperse numerosas marcas y forzó a las mayores a establecer una política antidopaje más rigurosa.

Entre el comienzo y el fin de esta larga historia, el gobierno de EE.UU. dedicó millones de dólares e incontables horas de trabajo para lograr que once personas fueran halladas culpables. Seis de ellas, incluida la estrella del atletismo Marion Jones, fueron sentenciadas por mentir a jurados investigadores, a agentes federales o a la Corte, y le tocó ir a la cárcel.

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Cinco hombres, incluido el entrenador personal de Bonds, Greg Anderson, se declararon culpables de cargos de distribuir esteroides, a raíz de sus nexos con Balco.