AP
BOGOTÁ.- El técnico Hernán Darío Gómez rompió un silencio de cuatro meses y, en medio del llanto, presentó excusas públicas por haber agredido a una mujer, acción que le costó el banco de la selección de Colombia, el cual está ahora otra vez vacante.

El incidente a la salida de un bar de Bogotá en la madrugada del 7 de agosto pasado originó un escándalo. Se exigió la cabeza del DT e incluso el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reprochó su actitud.

Gómez atribuyó su conducta a una mezcla de medicamentos y licor, y sostuvo que no recordaba lo sucedido.

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"Fue una mala noche, una noche en la que no tuve fortuna, no soy una persona que salga a tomar trago, por mi imagen, por ser técnico de la selección no debía estar en ese lugar", declaró Gómez a Caracol Televisión el jueves por la noche.

"No acostumbro pegarles a las mujeres y lo sucedido lo hice inconsciente", dijo en la entrevista en su departamento en Medellín. "Era un momento en el que venía de varias concentraciones largas, entre ellas la de la Copa América... Me dejé llevar del ambiente (del bar)... No sé qué pasó, tomé vino y aguardiente", reconoció, y anotó que estaba consumiendo algunos medicamentos para controlar la tensión arterial.

Gómez aseguró que no recuerda que hubiese golpeado a la mujer que lo acompañaba y se abstuvo de revelar su identidad. "Estoy en mi peor época, mi mamá se enfermó por el escándalo", añadió el técnico, quien dijo que solo ha llorado tres veces en su vida: cuando falleció su padre, cuando fue asesinado el zaguero Andrés Escobar (1994) y después del escándalo que derivó en su destitución al frente de Colombia.

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'Llévame ya'

"Todo esto ha sido muy duro, suficiente, el castigo ha sido muy duro y he pedido a Dios, 'llévame ya'... No sé manejar esta situación", añadió Gómez.

"Salgo bonito (con éxito) de la Copa y ahora debería estar hablando de mi selección y no de este problema", lamentó.

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Sin embargo, "yo no estoy pidiendo puesto en la selección", dijo Gómez. "Tengo claro, a un técnico de selección lo quieren y lo odian, y la gente que me odia aprovechó esto (el escándalo)... En el fútbol no me pudieron sacar", señaló el técnico que clasificó a su país a la Copa del Mundo de 1998 y a la de Ecuador en el 2002.