AFP
MADRID.- El mundo del fútbol recordará el feroz duelo que se libró en el 2011 entre el argentino del Barcelona, Lionel Messi, y el portugués del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, enfrentamiento que conocerá su epílogo el 9 de enero con el nombramiento del Balón de Oro, al que también postula Xavi Hernández.

Con dos balones de oro (2009 y 2010) a sus 24 primaveras, Messi se desmarca como claro favorito para adjudicarse su tercer galardón, a no ser que Cristiano Ronaldo, vencedor del trofeo en el 2008, convenza a los entrenadores y periodistas encargados de elegir al mejor jugador del año.

La guerra de la estrellas que protagonizan ambos será uno de los desenlaces más esperados del año. Por un lado, Messi, genio precoz del fútbol, "guerrero con mirada de niño", como citó su biógrafo Leonardo Faccio. Por otro lado, Cristiano Ronaldo, de 26 años y goleador por excelencia, que peca algunas veces de exceso de individualismo.

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Con estilos y personalidades distintas, Messi y Ronaldo tienen un gran punto en común: verdaderos cazadores de goles, obsesionados con mejorar sus registros y estadísticas.

Temporadas diferentes

Durante la temporada 2011, la 'Pulga' y CR7, uno por el Barcelona y el otro por el Madrid, llevan un ritmo desenfrenado de goles.

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El argentino entregó el título de 'Pichichi' (Mejor Goleador) de la pasada temporada de la Liga española al portugués, quien consiguió 40 tantos, aunque Messi fue el más prolífico de la Liga de Campeones con 12 goles.

En el presente campeonato, las dos estrella planetarias del balón redondo continúan con su despiadado mano a mano: cada uno lleva 17 tantos.

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Messi, por su parte, destaca sobre Cristiano Ronaldo en los títulos logrados en 2011: doblete con Liga y 'Champions, mientras que el madridista concedió el gol de la victoria en la final de la Copa del Rey, precisamente ante el Barcelona.

Supremacía de la 'Pulga'

"El Diez" mostró su supremacía en el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones (2-0 a favor del Barça), lo que dio una ventaja decisiva en el encuentro de vuelta para su posterior clasificación a la final.

Messi resaltó una vez más al inscribir el segundo tanto demostrando la superioridad de los catalanes frente al Manchester United de Wayne Rooney (3-1).

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Recientemente, el astro argentino se impuso una vez más en su duelo frente a CR7 en el último clásico, en el que el Barcelona ganó por 3-1 en el Bernabéu el 10 de diciembre.

En ese encuentro, Messi tuvo un papel decisivo en la victoria, pese a no marcar. La 'Pulga' creó la jugada del tanto del empate y del tercer gol. Sin embargo, Cristiano Ronaldo penalizó a su equipo por su falta de precisión en el último remate.

Esta dimensión polifacética de Messi, también como pasador en momentos difíciles, forma parte de uno de los ingredientes que contribuyen a que esté un paso por encima de la estrella galáctica.

A pesar de que el portugués ha hecho grandes esfuerzos por jugar de manera más colectiva, el juego del argentino es infinitamente más asociativo. La 'Pulga' encuentra frecuentemente con los ojos cerrados a sus compañeros Andrés Iniesta, Cesc Fábregas o Xavi.

Ronaldo habría sido la figura mundial indiscutida si Messi hubiese jugado en otro época.