Por Jorge Barraza (jbarraza@uolsinectis.com.ar)
.- Ya estamos pisando diciembre y es hora de balances, miradas
retrospectivas desde enero a la fecha. Como es tradicional, el último
día del calendario, a mediodía, se develará el nombre del Futbolista de
América del año en curso. Y ya fue distribuido el formulario para
participar de la elección. En 2010, escasísimo en figuras, fue escogido
Andrés D'Alessandro, discreto volante argentino del Inter de Porto
Alegre. Nosotros votamos por Giuliano, juvenil atacante del Inter
también, factor fundamental para que el cuadro gaúcho conquistara la
Libertadores. Y al no haber otros torneos que pudieran desnivelar la
elección, la que decidía era la Copa. Giuliano, sin la menor duda, le
dio el trofeo al Inter con 6 goles, algunos milagrosos, otros
bellísimos, todos determinantes.

Pero, en estas cuestiones, la mediatización juega un rol
desequilibrante. D'Alessandro hace ruido periodístico; Giuliano no. Y
quienes votan son periodistas.

Este año, en cambio, hay una estrella excluyente: Neymar da Silva Santos
Júnior, el nuevo niño maravilla del fútbol brasileño, que, según
fuentes confiables, con su nuevo contrato extendido por Santos hasta
2014, cobra 3 millones de reales mensuales, o sea 1.592.100 dólares cada
30 días y 19.105.200 al año. Para jugar en Brasil y tener 19 años, no
está mal. El Banco Santander, dicen, y el propio Real Madrid -a cuenta
de una futura incorporación- pagarían parte del salario más alto de la
historia del fútbol suramericano. Pero son datos informales, rumores
imposibles de confirmar. Nadie quiere decir que gana esa montaña. Ni
nadie (mucho menos) que paga semejante locura.

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¿Los vale? Esos son cinco centavos aparte. El tema amerita que ya se
hable de "caso Neymar", el cual ofrece diversas lecturas: 1) Por un lado
están sus innegables condiciones, un portento técnico, lleno de
habilidad y fantasía, con gol, magnífico remate y dueño de un carisma
comparable al de Cristiano Ronaldo; son divos por naturaleza. 2) Por el
otro, el mundo asiste a la más fabulosa campaña promocional que se
recuerde en torno a un futbolista. Acaso podría asemejarse la de
Beckham, en la que la fama, la publicidad, los millones, superaban
bastante a lo producido en el campo de juego. Todos los días se emite
desde Brasil una noticia que vincula a Neymar con un contrato nuevo, con
una comparación estelar ("Neymar es mejor que Messi", acaba de
proclamar Pelé, cada día más inefable), con un augurio de luminaria
universal. Lo cierto es que el mundo ha visto poco de Neymar hasta
ahora. Tal vez demuestre todo lo que se dice de él en el Mundial de
Clubes que empieza la semana entrante. Pero hay muchos signos de
interrogación, vinculados a ciertas actitudes vedetistas en la cancha
que le han generado broncas con los rivales. No es el campeón de los
humildes.

Más allá de esas consideraciones, Neymar ha tenido, es justo decirlo,
una explosiva aparición en primera división en el 2009, exhibiendo todo
su repertorio de gambetas, arranques en velocidad y... goles. En el
2010, aumentó su participación en la primera del Santos y logró sus
primeros títulos: Campeonato Paulista y Copa de Brasil.

Pero fue en esta temporada que eclosionó: arrancó siendo campeón en el
Suramericano Sub-20 y goleador del torneo con 9 anotaciones. Siguió con
el campeonato Paulista (4 tantos) y culminó levantando la Copa
Libertadores, de la que fue elegido máxima figura y en la que marcó 6
goles, a sólo uno de los dos artilleros: Nanni (Cerro Porteño) y
Wallyson (Cruzeiro). Santos quedó muy rezagado en el Campeonato
Brasileño, que finaliza el domingo, no obstante Neymar señaló 13 goles.

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A ello deben agregársele los 7 tantos en la Selección Brasileña mayor,
con lo cual redondeó 39 goles. Sin dudas, un año redondo. La encuesta
del diario El País, de Montevideo, se circunscribe a los futbolistas
sudamericanos que actúan en el continente. No puede quedar la menor duda
de que el rey del año es el joven santista.

Igual, le salió un competidor inesperado y muy calificado: el también
juvenil, atacante y goleador chileno Eduardo Vargas, una aparición
espectacular, que está guiando a la Universidad de Chile a ganar los dos
títulos del año en su país y la Copa Suramericana, de la cual es
artillero con 8 impactos. Lleva 34 goles este año contándole todo. Y le
falta jugar media docena de partidos.

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De 22 años, encarador, veloz, ambicioso, técnico, acaso la Joya chilena merezca, por rendimiento, el galardón tanto como Neymar, pero el brasileño es un personaje mediático descomunal; seguro terminará imponiéndose. Y será justicia. En 2011, de este lado del agua, fue el mejor.